¿Cuál es el origen del circo?


 El origen del circo está estrechamente ligado al de la expresión corporal. Y ésta, de una forma u otra, ha existido siempre. En su concepto más actual, podríamos decir que el circo bebe de antiguas civilizaciones, de las del lejano oriente -China, India,…- y también de las más pujantes de occidente -Grecia, Roma, Egipto…-.

Porque malabaristas, acróbatas y saltimbanquis han hecho las delicias de grandes y pequeños durante miles de años, aunque fueron los griegos los que pusieron los cimientos más estables del ‘mayor espectáculo del mundo’ y los romanos quienes le dieron nombre. Eran los tiempos de los enfrentamientos entre gladiadores, de las carreras de carros y caballos…

Tras años de olvido, las artes circenses recuperaron su esplendor durante la Edad Media y, especialmente, en el Renacimiento. Las calles y plazas de los pueblos comenzaron entonces a llenarse de cuentacuentos, artistas de habilidad infinita, expertos en cante y baile, etc. Era el preludio del circo que todos conocemos, el de la gran carpa, los magos, los adiestradores de animales y los entrañables payasos.

Son muchos los artistas que se han hecho célebres bajo la lona circense; valgan como ejemplos el gran escapista Harry Houdini, el trapecista Alfredo Codona, el domador Ángel Cristo o los hermanos Tonetti, los reyes del humor nómada en la España de la segunda mitad del siglo XX.

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